Candidato ¿busca asesor electoral?

Sin darnos cuenta tenemos a la vuelta de la esquina unas elecciones municipales, que en muchos lugares de España serán también autonómicas. Los partidos están ya configurando sus listas, pero ¿han elegido ya a su asesor electoral?.
 
Se dice que "una buena comunicación política no te asegura la victoria, pero una mala comunicación te asegura la derrota". Razón suficiente para que los candidatos y representantes contraten a consultores políticos que les aconsejen antes de actuar, comparecer o decidir. La sociedad actual gusta de una buena imagen, pero no es suficiente. Son necesarios datos objetivos, bien analizados, para que el político tome las decisiones pertinentes. El trabajo del consultor político no es el de publicista, ni siquiera de estratega, sino mucho más que todo eso. El periodo electoral sólo es el punto culminante de todo el trabajo desarrollado en la legislatura precedente. La victoria sólo sale de una esmerada labor. Los comités electorales de los partidos son más parafernalia que otra cosa. Durante toda la legislatura, el equipo de expertos del partido (politólogos y sociólogos externos) sigue cada paso de la formación encargando estudios sociales, cualitativos y sobre todo cuantitativos. Los profesionales analizan regularmente la situación y preceptúan, junto con su cliente, las medidas a adoptar.
Breve historia de la consultoría política moderna. El ejercicio de la consultoría política, como el de tantas cosas de la sociedad moderna, fue realizada por primera vez en Estados Unidos. Mark Hanna asesoró con éxito a su amigo William McKinley para alcalzar la presidencia norteamericana. En esa campaña, de la que partía favorito su contrincante Bryan, se invirtieron 3,5 millones de dólares en innovadoras maniobras publicitarias. 
 
En régimenes totalitarios también tuvo su trascendencia. Por ejemplo Goebels controló los medios en favor del dictador Adolf Hitler, convenciendo a la población de inasumibles realidades. Desde entonces muchos políticos piensan que si "una mentira se repite las suficientes veces, acaba convirtiéndose en verdad". Su jefe de gobierno decía: "La inteligencia de las masas es pequeña, y su capacidad de olvido, grande. Por eso hay que repetirles las cosas mil veces". A partir de ese momento, un matrimonio de California establecieron y desarrollaron la primera firma de consultoría: Campaings Inc. Se trata de Clem Whitaker y Leone Baxter quienes en torno al Partido Republicano trabajaron en las campañas de este estado sureño durante las décadas de 1930, 1940 y 1950. Diseñaban mensajes coherentes y los transmitían mediante el sistema puerta a puerta. También recaudaban fondos para las campañas, de entre las empresas y grupos de interés de la zona. La consultoría política moderna se desarrolló al socaire de los debates y la publicidad televisiva. El presidente Eisenhower utilizó está oportunidad a través de la firma BBDO. Fue unos años después, cuando Joseph Napolitan asesoró con eficacia a los presidentes Kennedy frente a Nixon y Humphrey.
Napolitan fue cofundador de la Asociación Internacional de Consultores Politicos, y su compañía “Napolitan y Asociados” tiene sede en Springfield, Massachussets. En 1965, la Francia de De Gaulle vio aperecer al consultor Michel Bongrand cuyo cliente Jean Lecanuet pasó de un 4% que vaticinaban las encuestas a un 15%, forzando al general a una segunda vuelta. Es cuando los políticos franceses, sobre todo del MRP / UDF, como Giscard d´Estaing acuden en su busca. Percatados de las ventajas de la consultoría política, en 1981 François Miterrand se dejó asesorar por Jacques Séguelá ganando las presidenciales. Consultoría Política en España.
 
Nuestro país tuvo que esperar hasta las primeras elecciones de 1977 para ver los efectos de la consultoría política. A ella se deben los buenos resultados de UCD y PSOE frente a otras formaciones que se creían asentadas entre la ciudadanía. Desde entonces suenan nombres como José Luis Sanchis (asesor de UCD), Pedro Arriola (asesor del PP) o Ignacio Varela (asesor del PSOE).
 
El futuro de la consultoría electoral.
La tendencia actual es encargar esos servicios a empresas especializadas (en elecciones estatales y autonómicas) o a profesionales independientes (en elecciones locales) que normalmente se dedican a la docencia en facultades de Ciencia Política. Los nuevos retos pasan por saber utilizar con eficacia los nuevos medios (las redes sociales) y hacer llegar con mayor claridad e ilusión los mensajes, a una sociedad desmovilizada electoralmente.
Lástima que muchos consultores electorales, analfabetos en materia de ciencia política, crean que es un error satisfacer las expectativas de los científicos y los intelectuales cuando elaboran las campañas. Así no me extraña que algún día voceen discursos Belén Esteban y demás personajes de la farándula, y el programa electoral se reduzca a "que inventen otros".

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