El precariado

La reforma laboral aprobada en Junio de 2010, y otras que vendrán están consagrando la existencia de una nueva clase social: el precariado.



Este colectivo trabaja de manera intermitente bajo contratación temporal, con jornadas laborales interminables recibiendo a cambio salarios muy bajos. En ocasiones, engrosa el colectivo de trabajadores sumergidos del país o lo hace bajo la forma de autónomo dependiente.

Los trabajadores en precario no disponen de medidas de mejora de seguridad laboral en su puesto de trabajo. Sus despidos son frecuentes y en ocasiones las indemnizaciones quedan sin abonar. Por no hablar del aumento de la picaresca de las empresas para cubrir ciertas contingencias o mantener las estructuras de recursos humanos de la compañía.

Si alguien creía que todos éramos clase media o que el precariado puede disminuirse está muy equivocado. Pues al ser una clase social desmovilizada, social y políticamente, en su agenda de preocupaciones se constatan las más elementales prioridades de la pirámide de Maslow.
El efecto esperado es que la distancia social se dispare en España, retroalimentándose la exclusión social que deviene en mayor pobreza general en todas las esferas, aunque lógicamente unos pocos, se beneficien de todo esto.

La solución a esto pasa por volver a construir la clase media, a través del trabajo autónomo independiente o de lo contrario habrá que pensar en la emigración. 
Como algun noventayochista dijera: "Señores y señoras, rescaten su vieja maleta de cartón para poner rumbo al extranjero, y hagan las Américas"

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