Súmate, a pensar por ti mismo.

Una invitación a la reflexión sobre los alarmantes datos económicos y los estímulos al consumo y  la inversión.



Si cuando desayunas no paran de darte malos datos económicos, a lo mejor es que ha llegado la hora de que comiences a pensar por ti mismo. Existen miles de mensajes, y todos ellos, interesados. Unos para bajar los salarios, otros para ganar las elecciones y los más, para amargarte el delicioso café de la mañana.
Pensemos en letra alta. Tenemos dos manos para escribir y una sola boca para hablar. Por lo que, es mejor escribir el doble de lo que se habla.

El paro: peor que ayer, pero ¿mejor que mañana?

Este inmenso crisol de culturas, que ha venido en llamarse España, se levanta hoy con el dato del desempleo. Se vuelve a batir un record, y esta vez con un Gobierno diferente. En realidad, la capacidad que tienen los gobiernos, para disminuir el paro, es muy limitada.
Somos 18 millones de activos de los que 5,3 millones están parados. Cada vez hay menos trabajadores de servicios, menos albañiles y más agricultores. ¿Vamos a una economía de sector primario? Con el sable reformador de la PAC es quizá hora de pensar cómo vamos a producir los productos agroalimentarios.
Nuestros jóvenes acusan más el paro que los mayores ¿se marcharán al extranjero? Nuestros investigadores son la esperanza para mejorar nuestra calidad de vida. ¿Vamos a seguir desdeñando su esfuerzo?
Muchas familias tienen a casi todos sus miembros en paro. Nos preguntamos, la gente de bien:  Cuando se acaben los subsidios ¿cómo se ganará el sustento la población desempleada?

No hay que ser un MBA para afirmar que es necesario realizar una política de incentivo.Sobre todo, a las pequeñas y medianas empresas, que son las que en definitiva, sostienen el grueso de los empleos en España. Es preciso apostar por la economía real y luchar contra la especulativa.

El mercado inmobiliario de la vivienda usada

No vamos a echar toda la culpa a los políticos. Sabemos que los Gobiernos, y más estos que siempre firman tablas en el ajedrez, no son capaces de reactivar la economía. Para eso, tendría que haber algún avezado y valiente representante que pusiera las cartas sobre la mesa.
El mercado inmobiliario dejó cientos de miles de casas sin vender. Fue la razón por la que, el  anterior gobierno y ahora este, mantienen el IVA de las viviendas nuevas con un tipo reducido del 4%. De poco ha servido, y las plumas estilográficas de las notarías albergan la misma tinta. 
Ahora, el Ministerio de Hacienda ha detectado que se ha abierto una cierta brecha discriminatoria con las viviendas usadas. Los inmuebles de segunda mano tributan por el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP) con un tipo de hasta el 8%. Suculento manjar para las autonomías.
Al ser un impuesto estatal, el Gobierno prentende preparar el terreno legal para que las Comunidades Autónomas, que han asumido este ingreso, decidan si lo rebajan o no.

La cuestión de fondo.
La cuestión es que en realidad, el problema principal no se resolvería ni  bajando el tipo de gravamen, ni reformando "in peius" la legislación laboral.  Lo que realmente influye es si existe liquidez. Esto es, dinerito en el bolsillo. Y esto sólo será cuando las entidades financieras estén  dispuestas a conceder créditos e hipotecas.
A mi me da, que prefieren jugar al Monopoly con la deuda pública de los países.

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