Abro Mi cuaderno de Bitácora

 


 

Hace muchos años, los marinos registraban lo que acontecía en el cuaderno de bitácora. 

Yo hoy, tras la presentación de ayer, abro este cuaderno para escribir todo lo que se me vaya ocurriendo. 

Dejemos que los acontecimientos nos encuentren. Dejemos que la letras se vayan posando en esta ventana digital sin más censura que la de uno mismo.

Mi cuaderno de bitácora comenzó un frío día de enero de finales de la década de los 70... que llegué envuelto en una sabanita a un lugar increíble. La plaza donde desembarqué tenía un peñón en medio de un jardín. Frente a la casa había una iglesia y junto a ella unas casas resguardadas por una adelfas. 

El bullicio de la casa era el propio de una bienvenida. Y así, quiero abrir este cuaderno de bitácora por toda esa gente que ahora vive y por la que desgraciadamente nos dejó hace mucho tiempo.

Yo sabía que entraba en una casa especial, pues ahora era tienda de retales, antes había sido taberna y mucho antes casa del clero. Me protegieron en la habitación del fondo, según se entra a la izquierda. 

En esa casa aprendí muchas cosas, y con el tiempo otras, que con esa edad no entendía.  Pero esto será en siguientes páginas de mi cuaderno de bitácora...

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