9 días de verano.


El solsticio de verano nos trajo el calor a la Península Ibérica y con él una sensación de efervescencia colectiva. Vemos como Europa se estanca en su cohesión social tras el no irlandés mientras que en la eurozona el indicador euribor sube a la cota del 5,36%. Sin embargo esta falta de cohesión parece que se suplirá con la continuidad del Tratado de Lisboa, por la puerta de atrás. Esa misma Europa que proyecta una plaga emocional a los españoles con la victoria de la selección nacional en la Eurocopa y que antes la criticaban con acritud.

El estío incorpora nuevos universitarios tras la selectividad, tantos como ilusiones para el futuro de nuestro país. Un país que en verano eleva su consumo eléctrico, al tiempo que el eterno “exdirector de banco” nos anuncia subidas del precio de la luz y su facturación mensual. ¿Aquí no hay rebajas de verano?

Parece que ya termina la campaña de renta y se avecina la campaña del impuesto de sociedades. En definitiva, un verano que pronostica un otoño caliente, en esta desaceleración que está llenando las oficinas de empleo, aunque sólo sea antes de la operación salida. Eso si hay salida…

Comentarios

* ha dicho que…
El verano nos trae recuerdos de cuando en tiempos ibamos de vacaciones al pueblo, a bañarnos al río y buscábamos un refugio bajo la parra con un vaso de limonada. Una época deportiva que comenzaba con el tour de Francia, seguía con las Olimpiadas y finalizaba con la vuelta a España. Al parecer este año la vuelta pasará por el pueblo, el 2 de Septiembre. Pero el verano también era tiempo de la semana cultural,el cine al aire libre y las exposiciones en Jesús o en las Escuelas. Todo se repite.