El sistema que no quieren.

Los líderes mundiales saben que hay que formular un nuevo sistema económico. También saben como hacerlo y eso inexcusablemente pasa por reunirse en un gran foro de 170 países. Sus asesores políticos y económicos les han dicho que deben armonizar la normativa contable, laboral y fiscal, dada la directa repercusión de las decisiones económicas en cualquier parte del mundo. Y todos tienen en mente tres medidas infalibles:
La primera solución global se entendería en el marco de la fijación de unos tramos salariales (mínimos y máximos), de tal manera que se evite de un lado la deslocalización y el dumping social y de otro el abusivo lucro de los grandes directivos financieros. No es normal que un ciudadano de Somalia cobre como máximo 20 euros al mes y un francés cobre como mínimo 1254,28 euros.
La segunda solución versa de la materia contable, pues aunque existen las NIC no en todos los Estados se cumplen. Y esto nos remite a una tercera solución, cual es fiscal, en el sentido de que deben armonizarse los distintos impuestos indirectos que gravan el consumo creando tipos de gravamen semejantes, así como la creación de un tipo simbólico pero efectivo que grave los movimientos especulativos en los mercados de futuros. De esta manera las transacciones económicas serían más transparentes, existiría una garantía jurídica para productores y consumidores y los precios no tendrían la volatilidad tan notoria que ha causado tantos problemas en la ciudadanía.
Todo esto, amigos lectores, lo saben los líderes mundiales, pero no lo hacen. Las reuniones mundiales, sirven solo para salir en la foto, con tal o cual bandera y no para acercar posturas en pro del beneficio de todos. Estos foros de 20 o 23 sirven para el relanzamiento de la popularidad de unos pocos.

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