Se trata de la renovación de la Sala XX del Palacio de Naciones de la ONU en Ginebra, pintada por Miquel Barceló que ha costado, según reveló el embajador de España ante la sede europea de Naciones Unidas, Javier Garrigues unos 20,35 millones de euros.
De este dinero unos 500.000 euros se han utilizado de una partida de los Fondos de Ayuda al Desarrollo (FAD). ¿Serán estas las clases de medidas adoptadas por el G-20/G23?
No es que yo esté en contra del arte simbólico, pero en realidad el dinero a la ayuda al desarrollo debe canalizarse para los fines que ad hoc se han establecido. Esto solo si es que en realidad nos importan las pateras que todos los días cruzan el estrecho. Pues de lo contrario, la próxima vez en el modelo de declaración de la renta deberían diferenciar de los fines sociales el 0,7% para obras de arte simbólicas. Y ya sin ambages, no estaría mal que en un acto de valentía pusieran ya de paso una nota informativa donde diga: De los impuestos recaudados 100000 millones de euros irán para la banca, 10000 millones para políticos que no asisten a los plenos y para que te calles de una vez, te deduzco 400 euros.
Cuídense de los idus de Noviembre.
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