Oxígeno para el Rey.

Todas las cifras de popularidad indican que la Corona va perdiendo cada día más puntos. Quizá se deba a un estilo de vida peculiar o que en tiempos de crisis se le reporten más de 8 millones de euros para sus gastos vitales. Tras el secuestro temporal de la revista El Jueves, la institución, cuya única función es simbólica y armonizadora, había perdido bastante credibilidad. De ahí, que tan sólo en cinco meses se hayan realizado series en torno a la figura del monarca, con el objetivo de aumentar su simpatía en el público español.

Los asesores políticos saben bien como dar en la llaga y para eso, han recurrido al golpe de Estado y al posible atentado en Mallorca. Quizá hayan leido el libro de Maarek "Marketing político y comunicación. Claves para una buena información política". Lo que ocurre es que en este caso, no es el político el que aparece en la escena, sino una representación teatral del mismo. No es el actor político el que se involucra en debates, o da una opinión pública, o establece alguna propuesta, sino actores de cine.

En cualquier caso, no creo que a los españoles nos importe si el Rey es más o menos simpático, lo que nos importaría es que al ser todos iguales ante la ley él tuviera los mismos riesgos económicos y profesionales que el resto. A fin de cuentas ¿quien da estabilidad al sistema, sino el sistema mismo?. Pero para eso el sistema debe adaptarse a los cambios sociales. Ese es el problema de estar en "democracia".