Menos ruido y más nueces.

Las sociedades mediterráneas son dadas al exceso de ruido, tanto en las calles como en sus hogares. Es tercermundista que aún se den en determinadas edificaciones, niveles de más de 70 decibelios y sin duda lamentable que los agentes nocivos sigan con impunidad poniendo la música tan alta, jugando al baloncesto en sus casas o viendo la tele a todo gas. Una vida ruidosa aumenta el riesgo de enfermedades coronarias, facilita la aparición de problemas respiratorios y causa trastornos en el ciclo digestivo.De ahí, que ahora se haya aprobado el Código Técnico de Edificación con objeto de regular el aislamiento acústico de las nuevas edificaciones. Este CTE entrará en vigor el próximo viernes 24 de Abril.

Son sin duda este tipo de medidas administrativas, tanto de prevención como de penalización de los excesos, los que permiten vivir una vida de calidad.

En las calles también se pueden adoptar medidas de prevención tales como reducir el tráfico y en extremo, peatonalizar las calles. La alternativa es un transporte público de calidad, tales como el metro ligero o los autobuses eléctricos. Pero sin duda, la estrella de todas las medidas es la información sobre los efectos del ruido y el establecimiento de medidas punitivas eficaces. Aunque para hacer cumplir la "salus populi" es preciso que haya un cuerpo ejecutivo -normalmente de policía local- que no tenga el menor reparo en extirpar este mal de estas tierras costeras del "mare nostrum".

Mientras tanto brindemos con cerveza continental esta entrada en vigor de ley, en las vísperas de la Feria de Abril. Va por ustedes.

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