Una autovía con muy mala "follá".

Ya era hora. Esta tarde el ministro D. José Blanco y Rosa Aguilar que no han hecho más que tomar sus carteras van a inaugurar la A-44. Es curioso que Doña Magdalena Álvarez no haya sido capaz de tan importante singladura. Las malas lenguas dicen que son vísperas de la campaña europea. Menos mal, porque con estos calores magrebies los que vivimos en la Vega tenemos ya ganas de darnos un chapuzón sin atascos.
Motril, la tierra de la caña de azúcar, la capital de la costa tropical. estará hoy unida a tan solo 35 minutos con la Granada de sus amores. Aunque también depende de la velocidad del vehículo o del semoviente que lo conduzca.
Fíjense en la magnitud de las obras. La A-44 nace en Bailén, la tierra de los ladrillos, donde espantamos a los franceses. Las lenguas viperinas dicen que es donde espantamos el desarrollo. Pues bien, la autovía, con más baches que otra cosa, transcurre por la capital del olivo y llega hasta Granada.
Los políticos fotogénicos han ido inaugurando tramos hasta Granada sin parar. Luego, procedieron a hacerlo hasta la Presa de Rules. Pero he aquí que el puente más conocido como el de Izbor, que era de hierro estaba doblado. Sí, aquí en Granada es frecuente que los puentes se doblen, que el tráfico se soterre mientras el metro va en superficie, y todas esas cosas.
El verano pasado inauguraron un tramo entre Motril y Vélez de Benaudalla, pero la opción era circular algún que otro kilómetro por una carretera secundaria, con curvas. Por eso, muchos nos extrañamos que no hayan puesto una rotonda encima del puente. Se ve que las autovías están todas llenas de rotondas, al menos en Motril.
En fin, de Bailén a Motril hay tan solo 172 kilómetros y han tardado 15 años. Es decir, que en 365 días, de media, sólo han hecho poco más de 11 kilómetros. Como se dice por estos lares: “la vin”

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