Ciudadanos de segunda clase.

Con la frecuencia de segundero vemos, en estos tiempos de neomedievo, auténticos abusos sobre los más débiles. Me cuentan que hace una semana y media en una localidad del levante español una persona bolivariana perdió su brazo mientras trabajaba. El empresario de la panificadora fue a llevarlo al Hospital, pero lo dejó a 200 metros del mismo porque el trabajador en cuestión no tenía contrato. Lo que ocurrió después fue que regresaron a la panadería y allí le limpió la sangre y tiró el brazo de su empleado a la basura.
No hace mucho, en otra empresa, un trabajador peruano murío al caerse de un edificio. Pero como no tenía contrato, el empresario quiso negociar el silencio con sus familiares y por supuesto, sus compañeros salieron corriendo para no inmiscuirse en problemas.
Y que me dicen de esos trabajadores del AVE de Málaga, también sin contrato, y que me cuentan de los pobres comerciales de seguros, sin más seguridad social, que la de un negro en el Bronx.
Es lo que ocurre en esta sociedad donde el Estatuto de los Trabajadores se lo pasan todos literalmente por el forro. ¿Qué pasaría si también ignorásemos el Código Civil, el Código de Comercio o las circulares del Banco de España?.
Todo esto se debe a que en nuestro texto constitucional, los derechos sociales tienen un papel secundario frente a los derechos civiles y de libertades públicas. Muchos echamos de menos al loco de Azarías, para que busque su “milana bonita".

Comentarios

Antonio P.B. ha dicho que…
Fe de erratas: No es personas bolivariana, sino boliviana. Si fuera bolivariana no le habría ocurrido eso.
mia ha dicho que…
Me parece tremendo,

y aún peor que

estos actos delictivos

queden impunes.

Gracias por documentarnos

un abrazo