El paro ¿bajará en junio?.

Los datos del paro son arma arrojadiza para la política, pero también para la empresa. Para la constante lucha de polos irreconcialiables, salvo soborno, del tejido empresarial.
Incluso dentro de un mismo gobierno se nos puede decir que la tendencia mejora si lo dice el Ministro de Trabajo o que aún queda para rato, si quien habla es la Ministra de Economía. Si quien usa la palabra es el Gobernador del Banco de España el paro seguirá y si quien habla es un miembro de la ejecutiva de Ferraz se ven brotes verdes. Todo se debe a que el paro es instrumento de presión.
Todo este baile de previsiones, datos, cifras y argumentos no tienen mucho sentido. Ninguna empresa del mundo puede elaborar su producto u ofrecer sus servicios si no dispone de algo tan necesario como es el capital humano. Entonces ¿por qué hay paro?
El paro es un estadio temporal que se utiliza para conseguir la flexi-seguridad. Esto significa que la vida de las personas en paro se somete al ciclo productivo. La sonrisa de sus hijos está condicionada a la rebaja en sus pretensiones laborales. Y así, se genera un nuevo ciclo, empleando en condiciones peores al capital humano. De este modo, se reproduce el incremento del beneficio, en la llamada plusvalía.
Como decía un buen amigo, y experto en el drama del paro: El trabajo es lo que (nos) sobra. Al menos, cuando se nos proyecta una extensión de la jornada y de los años de cotización. No sé si el paro en junio bajará. Dependerá del estado de ánimo de la mano de Smith. De lo que estoy seguro es que se deben cubrir estos ciclos de presión con la plusvalía generada en forma de prestaciones públicas, que garanticen la dignidad de esta mayoría de parados, que es siempre la que sufre los perversos efectos de la recesión. Y no olviden nunca, que siempre habrá alguien que diga: "en mi hambre mando yo".

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