El juego que nos propone hoy La Vanguardia en sus páginas interiores es el de la financiación autonómica.
Parece que la Comunidad de Madrid cada vez que tira el dado va de oca a oca. Otras como la de Cataluña van de puente en puente, y Andalucía, al haber salido ya por fin del pozo, parece que podrá avanzar, al tener más fichas.
Parece que la Comunidad de Madrid cada vez que tira el dado va de oca a oca. Otras como la de Cataluña van de puente en puente, y Andalucía, al haber salido ya por fin del pozo, parece que podrá avanzar, al tener más fichas.
La LOFCA fue un invento de la transición que a día de hoy parece caduco. Más que nada, por cuanto el nivel competencial autonómico es demasiado alto. Y en esta altura competencial vemos los continuos conflictos que se producen a la hora del reparto, más por el color de los gobiernos que por las necesidades reales de cada autonomía. Lo cierto de todo esto es que al dinero de todos le ocurre lo que al agua: mientras más conductos y tuberías se utilicen, más se pierde por el camino. Y no creo que haya un fontanero imparcial que esté por arreglarlo.
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