Este es el mensaje que hace una semana, Stephanie, empleada de France Telécom, envío a su padre, antes de suicidarse en París:
“Buenas tardes, papá. Cuando hablamos por teléfono esta mañana y me dijiste que te parecía que no estaba bien de ánimo, tenías razón. Mis pulsiones suicidas han vuelto y he decidido hacerlo esta noche. Por supuesto, mi jefe no sabe nada pero seré la empleada número 23 que se suicida. No acepto la nueva reorganización del servicio. Van a cambiar a mi jefe y para tener al que voy a tener, prefiero morirme. Dejo mi bolso con los teléfonos y las llaves en mi oficina. Sólo me llevaré conmigo mi tarjeta de donante de órganos…nunca se sabe. (…) Te quiero papá. Stephanie.”
“Buenas tardes, papá. Cuando hablamos por teléfono esta mañana y me dijiste que te parecía que no estaba bien de ánimo, tenías razón. Mis pulsiones suicidas han vuelto y he decidido hacerlo esta noche. Por supuesto, mi jefe no sabe nada pero seré la empleada número 23 que se suicida. No acepto la nueva reorganización del servicio. Van a cambiar a mi jefe y para tener al que voy a tener, prefiero morirme. Dejo mi bolso con los teléfonos y las llaves en mi oficina. Sólo me llevaré conmigo mi tarjeta de donante de órganos…nunca se sabe. (…) Te quiero papá. Stephanie.”
Juzguen ustedes mismos. France Telécom hasta 1990 una empresa pública y hoy, es un grupo multinacional. Orange, por ejemplo, es una filial de France Telecom. Su objetivo es el máximo beneficio, sin importar la situación de sus plantillas. Y mientras en su publicidad veas aquello de "Tienes derecho a internet", deberás leer "Aquí no respetamos los derechos". Y después de 23 personas ¿no han planteado cesar al Director de Personal?.
Fuente: Paris Match
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