Será lo que Dios quiera.

Para Luis García Montero.
El próximo lunes, los universitarios de una de las Universidades más importantes de España vuelven a las clases. Este inicio presagia notables ausencias, entre ellas, las del admirado profesor García Montero. Y es que la Universidad de Granada, según el 4 International Colleges and Universities, una de las cinco mejores de nuestro país, tiene una fuga de genios y de excelencia. La excedencia no es la del profesor, sino la de los gratos recuerdos de la docencia y de la reflexión. Las hileras del alumnado pueden dispersarse ante el disparate. Para encontrar a los aprendices ausentes hemos de buscarlos en los maravillosos rincones del tapeo, junto a sus semejantes en agradable tertulia. Porque no sera fácil aplicar el Plan de Bolonia entre la mentira y el enfoque tergiversado. Esto mismo puede ocurrir en una Facultad de Letras que en una de Ciencias. No en vano, todos algún día hemos sentido alguna ausencia. La del profesor que no dictaba, sino que conversaba con conocimiento y te hacía desaprender. La del que ajustaba cuentas con la realidad y no le temblaba la tiza. No es necesario que sea ilustre o haya tenido prestigio. Basta, que haya dejado la imborrable huella de la honestidad y el vocacional deseo de compartir lo que sabe. Así que afectivamente, el lunes sí será lo que Dios quiera.

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