Una partida de ajedrez.

De niño, uno de mis juegos favoritos era el ajedrez. Llegué a tener tanta aficción, que un día apunté los mejores saques de los ajedrecistas. Lo que ocurre es que luego, el amigo o primo que tienes en frente copia tus movimientos, y por lo general suele pedir blancas. A mí me enseñaron que nunca había que firmar tablas en el ajedrez. Los peones están ahí para algo, y muchas veces, cuando llegan al final del tablero, tienes tu justa recompensa.

Pero este deporte ha cambiado mucho. Porque ahora, que ya no se estila el torneo por correspondencia han inventado la modalidad de ajedrez rápido y superrápido. Es como jugar un partido de futbol en cinco minutos. Qué vamos, para eso, es mejor la playstation. Ayer Gari Kasparov quiso lucirse ante el maestro Anatoli. Pero ya me gustaría verlos como en tiempos pretéritos, con las reglas, de un ajedrez de toda la vida. Y es que lo de ayer no va a cambiar que Karpov estuvo liderando la FIDE el doble de años que Kasparov (16 a 8). De modo que este último creó su propia asociación para ser el campeón. Vamos, que se llevó la caja de las fichas a otra parte.

Comentarios