No hay mal que por bien no venga.

Cuando todos los países de Occidente afrontan con optimismo la salida de la crisis y en nuestro país todavía seguimos debatiendo sobre el "sexo de los ángeles", es que debe haber algún boicot de pesimismo, forjado en lujosos yates.

Cuando un equipo no logra ganar, ni con dos penaltis y teniendo nueve jugadores el rival, es que los astros conspiran para amargarte la jornada a dos minutos del final.
Cuando las encuestas dan por hecha la victoria de un partido y éste, hace aguas, por sus luchas intestinas, es que los leones del Congreso han acordado rugir cada día más fuerte.
De tal manera, que para agradar la jornada dominical, esta noche en "Salvados" ha tomado Jordi Évole con Miguel Angel Rodríguez una cerveza. Su nombre suena y se escribe en un germano cada vez más familiar: Gürtell.
Deberían pensar sacar partido al nombre, porque la cerveza Duff de los Simpsons ya ha tenido bastantes éxitos en Australia. De modo que aquí nos serviría para desdramatizar el caos en que se ha sumido gobierno y oposición. Y si no salimos de la crisis, por lo menos estaríamos más contentos, pues en cada brindis diríamos aquello de: "No hay mal, que por bien no venga".

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