El juego de la poltrona municipal.

La confección de las listas.
Este año se oirán ruidos de sable político municipal. Para fin de año, los partidos ya habrán perfilado sus candidaturas. Eso, salvo en los pueblos pequeños, donde muchas veces es difícil poder confeccionar una lista electoral con personas del mismo municipio. Por esto, y para poder acceder a la subvención, en más de una ocasión se recurre al reclutamiento de personas de otras localidades. Lo cual, desde un punto de vista estratégico, es poco recomendable. En cualquier caso, una vez elegida la lista en asamblea (salvo que reine la dedocracia intrapartidista), cada candidato debe firmar una declaración jurada, en la que consiente tener un determinado puesto en la candidatura, así como declarar no hallarse en causa de inhabilitación ni incompatibilidad.
La tentación del impulso.
Lo cierto es que, según informa la prensa asturiana, Democracia Nacional, incluyó en sus listas de 2007, para las municipales y autonómicas, a una mujer sin su conocimiento ni consentimiento. Y esto, que se sustanciará pasado mañana, en el Juzgado de lo Penal número 1 de Oviedo, puede acarrearle al representante del partido extremista una multa de 1920 euros y una pena de diez meses de prisión.
Cantos de sirena y efectos colaterales.
Los cantos de sirena están dispuestos para persuadir a nuevos candidatos en toda España. Algunos de ellos, reforzados por el incentivo de la influencia en lo público, otros en la promesa de una remuneración privada. Eso sí, sólo para rellenar la lista. Nada de iniciativas programáticas ni mariconadas de esas.
Y con los viejos candidatos ¿qué hacemos?. Como saben, la lucha encarnizada por el control de los partidos se batirá en los próximos meses. Los congresos regionales y las asambleas locales traerán los consabidos efectos colaterales. El primero de ellos es la afección de todos hacia sus líderes nacionales. No por que sean buenos, sino porque pueden subirles a lo alto de la escalera. En el arte de medrar resurgirán los codos, a lo futbolista italiano. Vamos, como si pareciese una desgracia natural.
Otro gran efecto, es la utilización del renovado Plan E como elemento de mercadotecnia electoral. “Do ut des” , que decían los romanos mientras afilaban la espada. Así, que ya saben: Preparen los escudos antes de que se convoque la leva del sufragio pasivo.

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