Que no te roben la esperanza.

Los síntomas psico-sociológicos globales nos alertan de su enorme influencia en los sistemas y subsistemas políticos de toda La Tierra. El contagio de la desesperanza, el clima pugilístico nada constructivo y el quebranto del axioma “del palo y la zanahoria”, traen una incertidumbre clamorosa en las acciones de gobierno.
La desesperanza es el mayor arma de destrucción masiva que cualquiera puede encontrar.

Este elemento ha sido alentado por los medios, los agentes sociales y empresariales, la banca y los grupos políticos. Con ello, pretenden arrogarse el crédito de salvapatrias mientras azuzan a la desconfianza.
Con ello, se crea un clima hosco que dificulta las relaciones comerciales, laborales y políticas, incrementándose el egoismo y la percepción de infundadas conspiraciones.
Lo que resulta más curioso es el quebranto de la lógica “del palo y la zanahoria”. Ciertamente, aquellos sectores más agasajados e incentivados son los que combaten con más furor el pacto social dado. En ese pulso a las instituciones y a los ciudadanos, mediante el recorte del crédito, el aumento de los despidos, la restricción salarial, la especulación contributiva, el exceso de rumorología y el engaño, todos perdemos.
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Frente a esto, se perciben más reuniones familiares y el recurso a la solidaridad gremial e intergeneracional. Se complementa con un aumento de consultas a psicólogos, sociólogos, politólogos y economistas. Incluso, gastan su dinero en futurólogos y profetas de menor ciencia. Se pueblan las listas de opositores, de buscadores de empleo y surgen nuevos sectores de actividad, vinculados a los servicios sociales.
En política se presiente el abstencionismo activo, el voto nulo y la confianza en posiciones menos moderadas, pero más humanitarias. El núcleo bipartidista pierde puntos cada día. Los representantes son vigilados a través de redes sociales, y el más nimio comentario es magnificado.
La población busca esperanza en sus proyectos, serenidad en su vida y libertad en su quehacer. De no encontrarla saltará la chispa de la inteligencia emocional.

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