Calle San Antonio.

La calle San Antonio es una de las más transitadas de la villa. Una razón es que es la mejor senda para ir desde el consultorio situado en la calle Reina y la farmacia o el casino ubicados en la calle de Jesús. No obstante, la angosta vía también se une a otras zonas emblemáticas, el plazar de Juan Carlos y la calle Santiago, por medio de sendas traveseras.
En el recorrido podremos disfrutar de casas adinteladas, de una tradicional panadería, de viviendas que otro tiempo fueran tiendas de ultramarinos.
Guarda también su historia, no en vano algunas de las casas fueron morada de personas de relativa significación como la del poeta local Pedro Jurado y la de Asunción Sánchez, quien tenía gran predicamento, sobre todo, por los de la CEDA.
La calle San Antonio no ha perdido aún su carácter comercial, pues en apenas unos metros encontramos un bazar que recuerda una entrañable zapatería, la panadería de Sebastián Caballero y un poquito más adelante la Caja Rural.
Las aceras son estrechas, tal vez por la necesidad de la carga y descarga de la vía, pero sin duda es vía de peatones. El caminante observando los dinteles de granito y el pulido suelo que pisa entiende que se encuentra muy cerquita de las entrañas de esta noble villa.
Es calle de tránsito y de parada. Lo saben bien quienes participan en las procesiones, como la del domingo de Ramos y lógicamente, la de su santo patrón. El 13 de Junio, la calle concita a los torrecampeños en la celebración de una verbena.
La calle San Antonio siempre me recordará la amabilidad, urbanidad y civismo de sus vecinos. Personas que ejercen, o que en el pasado se dedicaron, al noble mester del comercio y la artesanía.
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