Huellas de Sefarad en Torrecampo.




Todo el mundo sabe que los pueblos españoles, especialmente los andaluces como Torrecampo, tienen una mezcolanza de culturas: la musulmana, la judía y la cristiana.

Viendo que el tiempo de hoy es propio del revisionismo histórico y que existen personas empeñadas en ignorar las cosas,  permítanme concentrarme hoy en algo tan sugerente como la impronta judía en Torrecampo.
Hasta ahora nos han contado de la coexistencia pacífica de las tres culturas y de las paradas que hacían los judíos por nuestras tierras, en el  trayecto de Córdoba a Toledo. La prueba más evidente es la Sinagoga, que hoy es Ermita bajo la advocación de la Virgen de Gracia.
Esta se compone de tres naves separadas por arcos apuntados, sobre columnas cilíndricas de bajo fuste y basamento de planta cuadrada, todo ello labrado en piedra de grano con cubierta de madera, advirtiéndose motivos florales y símbolos paganos en las bóvedas. No obstante esta simbología no es judía sino posterior. Por encima de ello, se aprecia una gran similitud con la sinagoga toledana de Santa María La Blanca.
La cuestión es ¿qué sucedió tras la diáspora?. Es decir, cuando se decretó la expulsión de los judíos el 31 de Marzo de 1492. Son muchos los elementos los que permiten afirmar que los judíos llegaron a Torrecampo en  el siglo XV mezclándose con la población lugareña bajo los típicos apellidos sefardíes cristianizados y que abundan en la localidad.
Ciertamente sabemos de su existencia porque  han dejado un legado genético, numismático y heráldico importante.
Cuentan los cronistas que con toda probabilidad los que llegaron venían desde Toledo. Otra cosa diferente es por donde entraron. Sabemos que no todos hicieron el camino por la senda de Alcudia, dado que la mayoría regresaron de su éxodo hacia Portugal, viendo que allí el Rey Manuel I no era tan benévolo como creían. (Vid matanzas de judíos en Lisboa de 1506).
Por tanto,  la vía de entrada a los Pedroches con toda seguridad sería por Almadén y por ende, a la villa de Torrecampo debieron hacerlo por el camino, hoy carretera del Guijo. El caso, es que de aquella época sabemos muy poco, sólo lo que hemos oído por la tradición oral.
Cuentan que copaban las laderas de las pequeñas colinas de las villas.  Conforme a  esas  referencias y a las denominaciones de las calles entendemos que unos entrando por la que hoy es calle Pozoblanco  y otros por la que hoy es calle El Cerrillo se fueron asentando en el polígono comprendido por las  calles  Tiendas, Olleros ( hoy, Antonio Barroso), Callejón Cantero (hoy calle Nueva), Callejón Brujero y Chozas (hoy calle Góngora), en torno a su Sinagoga.  Como dije, este templo fue construido  siglo y medio antes como parada espiritual de los que transitaban por el camino real.
Con ello, la hipótesis más extendida es que el pequeño arroyo que atravesaba la localidad vendría a delimitar la parte cristiana de la judía, aunque  no era un compartimento estanco, porque se han encontrado signos de esta cultura en la calle Comercio e incluso en la calle Santiago. Y esto es porque los que vinieron se convirtieron al cristianismo, aunque en el calor del hogar mantenían las viejas costumbres en secreto.  No existen argumentos consistentes sobre este tema, pero sería muy interesante que alguien se tomara la molestia de confirmarlos.

Post del post:
Después de ver algunos programas de televisión refiriéndose a esta villa sería bueno aclarar que aunque miremos para otro lado, no significa que no sepamos lo que realmente aquí  ha ocurrido en tiempos pretéritos. Lástima que pronto, tal y como se desarrollan los acontecimientos, esos mismos hechos volverán a repetirse.

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