El consumo responsable se hace
paso en esta situación económica. Todos estamos aprendiendo que el mutualismo y
la simbiosis serán la clave para salir reforzados de las horas graves por la que
atraviesa España.
Sabemos que cada compra que hacemos, cada inversión que
realizamos, cada elección que ejercemos demuestra de una parte, la capacidad de
discernir y de otra, la voluntad de reinvertir.
Las grandes cadenas de
distribución, las consultoras o las financieras de gran tamaño y las compañías
de carácter multinacional casi nunca reinvierten sus beneficios en la sociedad.
Todo lo conseguido por su producción se deriva en inversiones especulativas que
para nada nos favorecen. Sus modos de
producción o de compra de materias primas suele ser poco loable y sus servicios
de postventa dejan mucho que desear.
En cambio, en la tienda del
pueblo, en el despacho del barrio o en el taller de tu ciudad están creando
empleo, sosteniendo otros negocios del entorno y pagando impuestos, para que tú tengas las ventajas de un Estado del
Bienestar.
Te ofrecen productos y servicios de calidad de los que puedes
fiarte, porque conoces directamente al responsable. Alguien que no pignorará su empresa, porque es su modus vivendi.
Los técnicos tributarios de GESTHA ya nos ha
advertido del elevado y sofisticado fraude fiscal de las multinacionales. Cosa que no pueden realizar las PYMES, dado que no realizan planificaciones fiscales internacionales, ni pueden constituir empresas pantallas domiciliadas en el extranjero. Conozcamos pues una de la vías por las que el capital de nuestro país desaparece.
De cara a la Navidad, grandes
centros comerciales se iluminarán para reclamar tu dinero, porque lo necesitan
para especular en deuda pública o para invertir a través de sus financieras.
Acuérdate de tu amigo, tu familiar o tu vecino. Él sólo quiere ganarse el pan
honradamente y siempre estará dispuesto a recibirte con la mejor de sus
sonrisas.
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