El fútbol es un fenómeno cultural y por tanto, un fenómeno sociológico. Suele decirse que en términos de la psicosociología social que este deporte concita a millones de personas y les permite escapar durante noventa minutos de la realidad.
El considerarse seguidor de un club de fútbol aumenta el nivel de identidad con sus semejantes. Ese sentido de pertenencia es lo que nos hace elegir equipo de pequeños. Normalmente, suele ser el mismo que el de la familia o los amigos.
Los actores de nuestra vida política y social no son ajenos a estos principios, y por ello, han vertebrado en torno a la Liga Profesional dos grandes sectores: los simpatizantes del Real Madrid y los del Barcelona. Resaltan la relevancia de los clásicos, y normalmente tratan de introducir ciertas notas ideológicas, mientras con toda esa mercadotecnia van acumulando miles de millones de euros.
El próximo mes de abril va a suponer la vuelta del fútbol en abierto: Será en Cuatro. La LFP hoy en día parece resumirse en dos filosofías: el contragolpe ofensivo de Mourinho y la de la posesión controlada de Roura / Vilanova. La primera parece primar el lucimiento individual de los jugadores, la segunda el trabajo en equipo, pero entre ambas quedan dieciocho equipos intentando hacerse un hueco.
Mucho se ha escrito sobre esto. No obstante, hay libros de cierto interés como el del profesor Santiago Navajas "De Nietzsche a Mourinho", que nos presentan al entrenador portugués como un desafiador moral.
Que lo disfruten.
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