No debemos tirar la toalla. Puede haber todavía alguna posibilidad. Y no será por los embajadores olímpicos, de ningún país, sino por los méritos de una ciudad emblemática: Madrid. De modo que como ya declaré en otro post, seguimos teniendo una corazonada.
De momento, estamos por delante de la candidatura de Tokio. La ocasión ha servido, además, para que todos estemos unidos por una idea. La de que mañana por la tarde, el presidente del COI nos dé la buena nueva.
Comentarios